jueves, 13 de diciembre de 2018

Premio ArgenINTA: distinguió a la innovación en alimentación saludable


En su XV edición, renovó su compromiso de estimular el emprendimiento de proyectos que promueven la calidad agroalimentaria.

Del acto, desarrollado en la sede de la Fundación, participaron autoridades de la Secretaría de Agroindustria de la Nación y del INTA.

Con la participación de emprendedores, cooperativas, asociaciones, investigadores y educadores de casi todas las provincias de la Argentina, esta XV edición del Premio ArgenINTA a la Calidad Agroalimentaria confirmó ampliamente su carácter federal.

Apuntando a la reinversión en mejoras para los proyectos, en la sede de la Fundación se reconoció a los ganadores de cada una de las siete categorías, con un premio que, en algunos casos, alcanzó los 100 mil pesos.

La ceremonia, encabezada por Juan Balbín –presidente del INTA– y Hugo García –director de la Fundación ArgenINTA–, contó con la participación de funcionarios de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación. Andrés Murchison –secretario de Alimentos y Bioeconomía–, Felipe Crespo –subsecretario de Agricultura Familiar y Desarrollo Territorial–, Mercedes Nimo –directora nacional de Alimentos y Bebidas–, Victoria Zorraquin –directora de Innovación Tecnológica para Pequeños Productores–, Daniel Pelegrina –presidente de la Sociedad Rural Argentina–, se sumaron y participaron de la entrega de distinciones.

El director de la Fundación explicó que “el premio a la calidad agroalimentaria trata de ser un reconocimiento a quienes cada día se esfuerzan para aportar una mejora a la calidad de la alimentación de los argentinos y, por qué no, del mundo”.

Además, en cuanto al segmento al que apunta explicó:

“Hay otros premios que se dan en el país, pero en este caso la fundación se orienta a los pequeños emprendimientos”.

En ese sentido, está orientado a resaltar “el esfuerzo de pequeños productores, empresarios e investigadores que trabajan a diario”, indicó García.

“Queremos destacar y reconocer a las personas, las familias y los grupos de trabajo que cada día hacen su aporte por una mejor alimentación de todos los argentinos”, aseguró.

Además, agradeció a todos quienes trabajaron en esta edición del premio y destacó la función del jurado. “Para nosotros es fundamental y nos da respaldo de la seriedad que tiene”, declaró.

En la misma línea, Balbín, quien también preside la Fundación ArgenINTA, expresó su gratitud con los evaluadores de los proyectos “por poner en valor a regiones, culturas, formas de trabajo y estilos de vida”.

Por otra parte, precisó que “los premios sirven para visibilizar y reconocer el esfuerzo, la creatividad y la innovación que es tan necesaria porque permite oportunidades, desarrollo y estar vivos”. En ese sentido, valoró que “ser parte de la innovación es ser parte de la vida”.

Como en oportunidades anteriores, entre los invitados estuvieron Soledad Nardelli, Elba Rodríguez, Gonzalo Alderete Pagés, Karla Johan y Carlos L´Osch, reconocidos cocineros de distintas regiones de la Argentina.


El premio prioriza temáticas como impacto social, innovación, empleo de sistemas de certificación voluntaria, agregado de valor y esfuerzos realizados para el posicionamiento de los productos.

15 años reconociendo la calidad

El premio prioriza temáticas como impacto social, innovación, empleo de sistemas de certificación voluntaria, agregado de valor a los alimentos argentinos para satisfacer la demanda de los consumidores y esfuerzos realizados para el posicionamiento de los productos, tanto a nivel nacional como internacional.

A lo largo de estos 15 años se destaca la calidad de los trabajos presentados por emprendedores, cooperativas, asociaciones, investigadores, educadores y científicos, de casi todas las provincias del país, demostración clara de su carácter federal.

En la categoría Investigación y desarrollo en el área de tecnología de alimentos el reconocimiento fue para el trabajo “Bioactivos en mermeladas” y la mención de honor para el proyecto “Diferenciación de origen geográfico y varietal de vinos argentinos”.

Por el rubro Personas físicas u Organizaciones que buscan la diferenciación como estrategia del incremento de la competitividad con sustentabilidad, el jurado destacó a “Capilla del Señor S.A”, una planta industrializadora de productos lácteos que, desde Córdoba, busca mejorar la competitividad de la pyme láctea y de la cadena, mediante la integración.

Con la mención, destacó el trabajo “Aceite y harina de nuez libre de gluten, Oro del Yokavil”, en Santa María de Catamarca.

En el segmento Cooperativas y/o Asociaciones que contribuyan al posicionamiento de los productos agroalimentarios argentinos premió a “Multiplicamos Fraccionando”, proyecto de la Cooperativa Agropecuaria Cañeros Unidos Ltda. J. B. Alberdi-Tucumán.

Con menciones de honor reconoció, en este caso, a dos emprendimientos: queso de Cabra de Milagro “Transformando nuestra producción”, de La Rioja, y a la Cooperativa “La Agroapícola”, de Buenos Aires.

Entre los Emprendimientos asociativos de productores no capitalizados, el premio a “Yo soy sano”, proyecto basado en la producción de yogures de soja fortificados con calcio y vitamina B12.

En la categoría Campañas de difusión y educación que promuevan los hábitos saludables, la innovación y sustentabilidad agroalimentaria, la distinción fue para “Fruteá tu escuela”, concurso orientado a estudiantes para generar conciencia sobre la importancia de una buena alimentación en las comunidades educativas.

Además, las menciones fueron para la Escuela Agencia Santafecina de Seguridad Alimentaria y la iniciativa mendocina “Enganchate con lo sano”.

En el segmento Valorización de especies y productos típicos locales, el premio fue compartido por proyectos del norte:

“Agregado de valor al fruto del algarrobo del Noroeste Argentino” y “El Monte Santiagueño nos da alimentos sin Gluten (Algarroba)”.

Además, reconoció con menciones a dos iniciativas de la provincia de Buenos Aires: el “Proyecto Noba” e “Ipomea, una batata que recupera el sabor y la identidad territorial”.

En la última categoría, Jóvenes emprendedores rurales, el galardón fue para Barritas de Cereales “NUTRIS” y la mención de honor para el proyecto “Sumando valor agregado a la cadena productiva del Sorgo: Elaboración de Cerveza Straus”.

INTA


domingo, 24 de junio de 2018

Alimentacion Espacial


No hay tienda de comestibles, sin problema

La comida es una parte tan importante de nuestras vidas y cultura.

Con tanta variedad disponible, es difícil imaginar elegir comidas o estar limitado al embarcarse en una misión de 6 meses en la Estación Espacial Internacional (ISS).

La capacidad de Space Food Systems de la Dirección de Salud y Desempeño Humano (HH & P) es responsable de evaluar, producir y envasar alimentos para cada misión y desarrollar menús.

Comida, no solo para la nutrición

Al igual que en la Tierra, la nutrición juega un papel clave en el mantenimiento de la salud y el rendimiento óptimo de los astronautas antes, durante y después del vuelo espacial.

La comida en órbita no solo es necesaria para ser de alta calidad, debe ser apetecible incluso cuando las papilas gustativas de un astronauta han cambiado debido a los cambios de fluidos de la ingravidez.

También debe ser segura, fácil de preparar y comer en un espacio confinado con opciones limitadas de calefacción.


El astronauta de la NASA Kjell Lindgren (izquierda) y la astronauta de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), Kimiya Yui, participan en una sesión de degustación de alimentos.
Créditos: NASA

Se requiere que el equipo de Space Food Systems satisfaga las necesidades nutricionales de cada miembro de la tripulación mientras cumple con los requisitos de espacio de almacenamiento limitado, opciones de preparación limitadas y las dificultades de comer sin gravedad.

La comida desempeña un papel social y psicológico crítico durante la estadía de un astronauta en la ISS.

Los miembros de la tripulación tienen la oportunidad de aumentar algunas de sus opciones de menú estándar con artículos comerciales disponibles o favoritos personales que les proporcionan comodidad mientras están lejos de casa.

Gusto Pruebas y embalaje


Vickie Kloeris de la NASA analiza las opciones de alimentos de los miembros de la tripulación para Acción de Gracias y la importancia de la comida en misiones de larga duración.
Créditos: NASA

El grupo Space Food Systems desarrolla recetas y comidas de muestra para realizar pruebas, así como el diseño de envases y embalajes apropiados para el almacenamiento a largo plazo.

La cocina de prueba es donde nuevas recetas son desarrolladas y comidas por probadores dispuestos del gusto.

Además, el equipo puede volver a empaquetar bebidas, galletas, dulces y otros productos secos que los astronautas seleccionan para sus menús.

Como ejemplo, las bebidas comienzan en forma de polvo y cuando se pesa la cantidad apropiada de polvo, el recipiente de bebidas se sella en la parte superior permitiendo que el agua se inyecte directamente una vez en órbita.

La producción y el envasado de alimentos varía en función del carácter perecedero del artículo.

Por lo general, los productos termoestabilizados se producen todo el año y las bebidas se envasan según sea necesario.

Los alimentos rehidratables se empacan solo 6-8 meses antes del lanzamiento para prolongar la vida útil.


Vickie Kloeris de la NASA analiza el tiempo de preparación y el envasado de alimentos para misiones de larga duración.
Créditos: NASA

Alimentos para misiones de larga duración y clase de exploración

El Proyecto de Tecnología Avanzada de Alimentos (AFT, por sus siglas en inglés), parte del Programa de Investigación Humana (HRP), se enfoca en reducir la masa, el volumen y el desperdicio de todo el sistema integrado de alimentos que se utilizará durante las misiones de exploración.

Los investigadores de AFT investigan métodos para extender la vida útil y la aceptabilidad de los alimentos hasta cinco años.

AFT también está explorando activamente soluciones bioregenerativas, como verduras cultivadas como un componente del sistema alimentario general.


Científico de laboratorio de alimentos empaqueta alimentos para vuelos espaciales.
Créditos: NASA

Equipo utilizado por el equipo de comida espacial:

Prueba de cocina para preparar conceptos de productos
Secadoras
Laboratorio de pruebas sensoriales para pruebas de sabor
Caldera con camisa de vapor de 40 galones
Mezclador de pie Hobart
Horno de convección doble
Seis quemadores de estufa
Sellador de cámara vertical
Secador de hielo Millrock
Dixie Canner

Puntos de contacto:

Vickie Kloeris
Grace Douglas
Kimberly Glaus-Late

Editor: Jeffrey Brief

nasa.gov/content/space-food-systems


lunes, 12 de marzo de 2018

El G20 busca un futuro alimentario sostenible


En Rosario, referentes de agricultura de los países miembros, invitados y organizaciones internacionales comenzaron a trabajar sobre la Declaración de Ministros de Agricultura, que tiene como el manejo sostenible de suelos.

Participó el Ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere.

Los delegados o "deputies" de Agricultura del G20 se reúnen en la ciudad de Rosario, provincia Santa Fe, para trabajar para la construcción de un futuro alimentario sostenible, una de las tres prioridades elegidas por la Argentina para los trabajos en el marco de su presidencia.

Desde hoy y hasta el miércoles 14, los deputies, que son los segundos en jerarquía de los ministerios de Agricultura y llevan la agenda del G20, se enfocan en el manejo sustentable de suelos.

Los delegados vienen de países miembros del G20, países invitados y algunas organizaciones internacionales socias. Luis Etchevehere, Ministro de Agroindustria, participó por la tarde y destacó la importancia del encuentro.

"Los países del G20 representan el 60% de las tierras agrícolas totales y son responsables de casi el 80% del comercio mundial de alimentos y productos agrícolas", explicó.

"Es fundamental ser conscientes de que el desafío del hambre sólo puede enfrentarse colectivamente. Los problemas globales necesitan soluciones globales y, como miembros del G20, tenemos la responsabilidad de darle al mundo una señal positiva sobre nuestro fuerte compromiso para erradicar la pobreza y el hambre", sostuvo el Ministro.

El objetivo del área de trabajo de agricultura es lograr un manejo sustentable de los suelos y analizar cómo el G20 puede proporcionar la coordinación internacional necesaria para fomentar la colaboración público-privada entre industrias, gobiernos, agencias internacionales, asociaciones de productores agropecuarios y la sociedad civil.

La agenda incluye una reunión del Foro de Respuesta Rápida del Sistema de Información de Mercados Agrícolas (AMIS) que se realizará también en Rosario, el jueves 15.

Otra reunión de líderes científicos de Agricultura se realizará en San Salvador de Jujuy, del 28 al 30 de mayo, mientras que los deputies volverán a encontrarse del 26 al 27 de julio, en Buenos Aires.

La reunión con ministros de Agricultura, por último, se realizará el 27 y 28 de julio, también en Buenos Aires.

Las conclusiones de esos encuentros llegarán a la Cumbre de Líderes, que se realizará el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, también en Buenos aires.

Como parte de la agenda oficial, los deputies visitarán el miércoles Expoagro, la exposición agroindustrial a campo abierto más importante de la Argentina, en el partido bonaerense de San Nicolás.

Esta es la primera vez que el G20 llega a Rosario, una de las 11 ciudades de la Argentina anfitrionas de eventos del G20.

La ciudad santafesina es la tercera en recibir una reunión desde que Argentina asumió la presidencia del foro; hasta ahora sólo se habían realizado eventos en Buenos Aires y Bariloche.

Uno de los ejes del G20 2018

La Argentina eligió tres prioridades para el G20 2018: el futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo y un futuro alimentario sostenible.

Así explica esta última prioridad el documento oficial de visión de la presidencia argentina:

"La seguridad alimentaria es un eslabón importante para lograr estabilidad y paz.

En ningún otro caso la seguridad y el desarrollo están tan evidentemente interconectados y se refuerzan mutuamente como en los alimentos.

Satisfacer las necesidades nutricionales de las poblaciones futuras requiere una manera sostenible de aumentar la productividad agrícola.

Suelos sanos, fértiles y productivos son necesarios para la seguridad alimentaria y la salud humana, y su preservación resulta crucial para el desarrollo sostenible y para la vida en nuestro planeta".

Sobre el G20

El G20 nació en 1999 como una reunión técnica de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales.

En plena crisis económica de 2008, se convirtió en lo que es hoy: un espacio clave de discusión y toma de decisiones en el que participan los máximos líderes mundiales y las principales economías.

En conjunto, sus miembros representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional.

Agroindustria


jueves, 18 de enero de 2018

Nuevos materiales para optimizar la conservación de alimentos


Infografía, gentileza de la investigadora

Investigadores del CONICET ganaron el “Premio Arcor a la Innovación” por desarrollar papeles bioactivos con propiedades antimicrobianas y antioxidantes.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) el envasado de alimentos forma parte de los factores que inciden en la pérdida de los mismos junto a la recolección, transporte, infraestructura o a los mecanismos de mercado, o de los precios, así como a los marcos institucionales y legales.

Esto hace que hasta un tercio de todos los alimentos se estropee o desperdicie antes de ser consumido por las personas.

Un grupo de investigadores liderado por la Dra. Raquel Martini, investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Investigación y Desarrollo de Ingeniería de Procesos y Química Aplicada (IPQA, CONICET-UNC) estudia el desarrollo de materiales para optimizar la conservación de alimentos.

El proyecto “Desarrollo de papeles bioactivos para el envasado de alimentos” fue ganador de la edición 2017 del premio que entregan Arcor y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT).

El mismo se hizo acreedor de 150mil pesos que deberán ser destinados a la ejecución del proyecto.

La “Mención Especial Fundación Arcor” fue para Marina Francisca De Escalada Pla, investigadora adjunta del CONICET en el Departamento de Industrias de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) por el “Desarrollo de un alimento a base de calabaza fortificada con hierro y probióticos”.


De izq. a der.: Florencia Muratore, Raquel Martini, Nicolás Gañan y Laura Goñi. 
Foto: gentileza Raquel Martini.

Acerca del proyecto

Existen diferentes problemas de conservación durante el almacenaje y transporte de alimentos.

Una de las principales causas es el deterioro de alimentos por ataque de microorganismos, como mohos, levaduras y bacterias, el cual, además de generar pérdidas de alimentos, puede ser nocivo para la salud humana.

Otro deterioro común, es la oxidación de componentes alimenticios por acción del aire, siendo uno de los más recurrentes la oxidación de lípidos, produciendo sabores típicos de rancidez, compuestos tóxicos y pérdida de calidad nutricional.

Otra fuente de importantes pérdidas cuantitativas y cualitativas en los alimentos es la infestación por plagas de insectos poscosecha. Estos pueden atacar materias primas almacenadas, así como productos alimenticios semielaborados y finales debido a su capacidad de ingresar en productos alimenticios envasados durante su distribución o almacenamiento.

Por tal motivo, el objetivo del proyecto es obtener un papel o cartón con propiedades bioactivas tales como antioxidante, antimicrobiana, insectífuga y/o insecticida para el envasado de alimentos, mediante el injerto de moléculas específicas de origen natural sobre celulosa.

“De esta manera, se protege al alimento desde el envase, pudiendo disminuir la cantidad de aditivos del mismo y asegurando extender su vida útil”, explica Martini.

Cabe destacar que dicho proyecto está en desarrollo y Martini junto a su equipo buscan mejorar el proceso para hacer el escalado del mismo y lograr un proceso viable industrialmente.

“El objetivo es seguir ampliando y afianzando la línea de investigación de envases activos y otros proyectos relacionados”, explica la doctora en Ingeniería Química.

En relación al premio Martini expresa que: “resulta un incentivo más para seguir adelante.

Además, por la difusión que tuvo el premio sirvió para acercar el trabajo científico a la sociedad y poder mostrarle a la gente nuestros proyectos y que puedan relacionarlos con la vida cotidiana”.

Forman parte del proyecto liderado por Martini, Silvia Barbosa, investigadora principal en la Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI), Nicolás Gañán, investigador asistente, Florencia Muratore, becaria doctoral y Laura Goñi, becaria posdoctoral, quienes se desempeñan en el IPQA.

Premio “Arcor a la Innovación”

Este premio, junto a la entrega de la “Mención Especial Fundación Arcor”, se realiza cada dos años desde 2009 y está dirigido a PyMES, universidades e investigadores nacionales y busca fomentar la cultura de la innovación y el desarrollo tecnológico para transferir sus resultados de manera efectiva a la industria de la alimentación.

El objetivo es lograr una mayor productividad y competitividad en el sector, como así también mejorar las condiciones de vida y situación social de las comunidades.

Para más información haga click aquí.

Por Sergio Patrone Firma Paz

CONICET


martes, 16 de enero de 2018

Yerba mate - Promueven su exportación a partir de proceso de secado más limpio



El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) incorporó pellets de aserrín para el proceso de secado de la yerba, lo que permitiría reducir el ingreso de agentes contaminantes que se generan durante la combustión, en comparación con otros métodos tradicionales.

Los resultados hasta el momento indicarían que con un porcentaje de humedad bajo (entre un ocho y un doce por ciento) y granulometrías uniformes —tal es el caso del pellet— se logran combustiones de mejor calidad y con menor contenido de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), por debajo de los valores que exige la Unión Europea (UE) para importar.



Dentro de esta iniciativa, la facultad de Ciencias Exactas Químicas y Naturales de la Universidad de Misiones está realizando los ensayos de contenido de benzopirenos y antraquinonas en las hojas de yerba mate.

El creciente interés por los HAPs como contaminantes alimentarios se debe a sus probados efectos tóxicos.

Por este motivo, la Unión Europea ha determinado límites restrictivos para el contenido de benzopirenos en diferentes alimentos.



Para la producción de yerba mate argentina, que es la más grande del mundo, se utilizan dos procesos de secado: el primero es la elaboración tradicional que llevan adelante las grandes empresas y que consiste en la utilización de pequeños trozos de madera, llamados chips, como fuente energética, mientras que el segundo es el que se realiza de forma artesanal a través del sistema Barbacuá, donde el tratamiento se consuma con un lento y dedicado método de deshidratación, en el que las hojas son expuestas al calor de fuego de leña durante diez o doce horas.

casarosada


miércoles, 10 de enero de 2018

Insectos comestibles: estudian la práctica ancestral de criar larvas


Los guaraníes crían de larvas de escarabajo en palmeras y las cocinan en su propio aceite. 
FOTO: Jorge Justino Araujo

Investigadores del CONICET registraron las técnicas que se conservan en comunidades guaraníes de Misiones para promover el desarrollo distintas especies de escarabajos en palmeras.

Comer un plato de insectos puede parecer una práctica exótica, algo a lo que sólo se animan osados aventureros que viajan a países lejanos y quieren probar una nueva experiencia culinaria. Sin embargo, la crianza y el consumo de larvas como alimento es una costumbre ancestral que existe en Argentina y que se conserva en las comunidades guaraníes de la provincia de Misiones.

Por primera vez en la región, investigadores del CONICET describieron los métodos que miembros de pueblos originarios aplican sistemáticamente para criar y usar larvas de escarabajo.

El estudio, recientemente publicado en la revista Ethnobiology and Conservation, fue desarrollado por equipos del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM) y del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE, CONICET – UNNE) y se centró en el manejo de tres especies de estos insectos, que son criados en palmeras Syagrus romanzofiana, conocidas popularmente como pindó.


El consumo de insectos como alimento es una práctica extendida en comunidades de todo el mundo. 
FOTO: Jorge Justino Araujo.

Luego de un trabajo intensivo con las comunidades, que demandó más de una decena de viajes de campo en la selva misionera, los científicos determinaron que el uso de larvas comestibles no consiste sólo en la mera recolección y cocción de insectos.

Se trata de una actividad que es planificada durante meses y que tiene en cuenta diversos factores: el estado de crecimiento de la palmera, las estaciones del año, las fases lunares y las técnicas de manipulación.

Estas características, señalan los investigadores, reflejan la concepción holística de los guaraníes acerca de la relación entre la planta huésped, los insectos y el ambiente.

“Aunque la cría se realiza en distintos tipos de árboles, el más habitual es el pindó porque es muy abundante en la región.

Es una especie que tiene múltiples usos, que van desde la construcción hasta la fabricación de preparados medicinales.

Todo eso genera que tenga un valor muy alto para las comunidades”, explica Jorge Justino Araujo, becario del IBS que estudia el aprovechamiento de larvas comestibles entre los guaraníes de la provincia de Misiones.

En el trabajo, desarrollado como parte de su tesis de doctorado, se identificaron los manejos que se realizan en cinco distintos estadios del crecimiento de la palma para promover la cría de tres especies de larvas comestibles.

El uso de una de ellas como alimento, la Metamasius hemipterus, fue descripto por primera vez en este artículo.

Una práctica ancestral

El consumo de insectos como alimentos es una práctica extendida en poblaciones rurales de todo el mundo y hay registros de más de 1.800 especies consumidas en más de 3 mil grupos étnicos.

Los primeros reportes de guaraníes cultivando larvas de escarabajo en palmeras y otras especies de árboles son de fines del 1800.

En sus artículos, los investigadores de la época mencionaban que las llamaban “tambú” y que usaban vasijas de barro, calabazas, troncos o cañas huecas para transportarlas desde el bosque hasta sus ambientes domésticos.


El estudio analizó tres especies de larvas que se crían, con distintos manejos, 
en cinco estadios de crecimiento del pindó. 
FOTO: Jorge Justino Araujo

Los guaraníes son una de las comunidades originarias más numerosas de Sudamérica.

De acuerdo a datos de 2015 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en la provincia de Misiones hay más de 13 mil habitantes que pertenecen a este grupo, distribuidos en unas 100 localidades.

Para este estudio, los investigadores trabajaron con cuatro comunidades ubicadas en cercanías a Eldorado, El Soberbio y en la Reserva de Biósfera Yabotí.

“En otros países como Tailandia, México o Perú, el consumo de larvas no es una práctica exclusiva de comunidades rurales o de pueblos originarios.

Está más extendida al resto la sociedad. Incluso se comercializan platos con insectos en lugares a los que van muchos turistas.

Es tan común como la venta de chipa en nuestras provincias del norte”, explica Araujo, quien destaca el buen sabor que tienen estos insectos.

Para cocinar las larvas, los guaraníes las fríen en su propio aceite.

El primer paso es retirarles el aparato bucal, lo que permite que liberen su aceite natural, en el que las calientan al fuego o a las brasas durante pocos minutos.

Ese mismo aceite, menciona el investigador, también es utilizado con fines medicinales.

“Este tipo de estudios no sólo nos permite conocer el uso que hacen estos pueblos de la naturaleza y sus recursos, sino también crear registros para recuperar estas prácticas culturales y conservarlas para el futuro”, resalta Araujo.

Por Cecilia Fernández Castañón. CCT CONICET Nordeste

Sobre investigación

Jorge Justino Araujo. Becario doctoral. IBS
Héctor Alejandro Keller. Investigador adjunto. IBONE
Norma Inés Hilgert. Investigadora independiente. IBS

CONICET


martes, 9 de enero de 2018

Acelerar maduración de quesos - Especialistas del INTI ensayaron método


Un grupo de especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) experimentó la posibilidad de acelerar el proceso de maduración de quesos duros, tipo sardo, a partir de la incorporación de una enzima encapsulada, hasta el momento con resultados positivos.

Durante el proceso de elaboración de quesos duros o semiduros, la maduración es la etapa que más tiempo consume, generando el mayor costo de producción, y para disminuir los tiempos de este proceso suelen agregarse enzimas proteolíticas.

La proteólisis consiste en la ruptura de enlaces entre los aminoácidos formadores de proteínas, y es una de los principales factores que determinan la textura y las características organolépticas del queso madurado.

La correcta degradación de las proteínas de la cuajada, principalmente de las caseínas en aminoácidos y pequeños péptidos, es absolutamente necesaria si se quiere obtener un producto final con buenas características organolépticas.

Muchos de estos productos de degradación son los responsables directos del sabor y aroma del queso.

Sin embargo, el problema de agregar enzimas libres (sin encapsular) durante la elaboración reside en que éstas pueden perderse en el suero, o bien presentar una mala distribución en el queso y en consecuencia bajar su calidad.

Frente a esta dificultad, la encapsulación de enzimas podría eliminar los problemas mencionados y, dado que la liberación es lenta, evitaría la proteólisis extensiva inmediata.

Para realizar la encapsulación, los técnicos del INTI utilizaron el complejo enzimático proteolítico Flavourzyme®.

Como resultado se obtuvo una emulsión agua en aceite, logrando encapsular las enzimas en la fase acuosa.

Para evaluar la performance de dichas enzimas se elaboraron quesos duros con diferentes concentraciones en INTI-Lácteos Rafaela.

Se maduraron a 12º C y 85 por ciento humedad relativa, y se realizó la toma de muestras a los 20 y 45 días.

En cada una se determinó el contenido de humedad, materia grasa, nitrógeno total, nitrógeno soluble, nitrógeno soluble al ácido fosfotúngstico, índice de maduración, perfil de ácidos grasos libres volátiles y la evaluación sensorial.

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foto La Nacion
casarosada


lunes, 8 de enero de 2018

Infografía: productos regionales, clave de valor en los territorios



El INTA promueve el desarrollo regional mediante el reconocimiento de alimentos o servicios con identidad local.

Producciones, saberes y costumbres fomentan las economías sociales, preservan la cultura de las comunidades y consolidan el vínculo con el origen.

En la Argentina, la diversidad de productos agroalimentarios autóctonos configura una rica paleta gastronómica que constituye la identidad territorial.

Por su carácter de diferenciación y su poder multiplicador en las economías locales, el INTA trabaja en iniciativas que revalorizan saberes y tradiciones culinarias y facilitan el acceso a nuevos mercados.



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INTA